Con la enjundia y el poder de fuego de la azul y oro y la polenta
juvenil que le otorga su propia investidura, Nahuel Zárate vivió su
segundo superclásico oficial a pura adrenalina. Y completó 90 minutos
intensos, en interesante nivel, bancándose la parada, sobre todo en el
segundo tiempo, tras algunas desatenciones que había exhibido en la
primera mitad. Y la descripción no es antojadiza si la información
cuenta que el pibe, de 20 años, jugó infiltrado por un dolor en el
tobillo izquierdo que casi lo deja afuera del partido más importante.
El
sábado, en la concentración, estaba muy dolorido y por eso Bianchi lo
tuvo en duda hasta último momento. Finalmente, decidieron infiltrarlo en
el vestuario y Zárate asumió con entereza su titularidad.El lateral
había recibido un golpe -de Nico Blandi- en la práctica del viernes y si
no lograba recuperarse a tiempo era un verdadero dolor de cabeza para
el DT, ya que no había un reemplazante natural. Nahuel acumula tres
partidos al hilo como titular, desde que ingresó por la lesión de
Emanuel Insúa.
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